Llamamos Neolítico al periodo que comienza hacia el año 9000
a. C y se extiende hasta el año 4000 a. C. aproximadamente, durante el cual se
produjeron grandes cambios en la forma de vida de los seres humanos. Durante
este periodo, el ser humano comenzó a dominar el medio que lo rodeaba.
La primera actividad productiva fue la domesticación de
plantas y animales. La domesticación consistía en la cría de animales para su
uso como alimento o como ayuda en las tareas agrícolas y el cultivo de
vegetales, que hasta el momento crecían en forma silvestre. Para realizar estas
tareas, los hombres y las mujeres debieron asentarse de manera permanente en un
territorio. Así los grupos humanos iniciaron un modo de una vida sedentario y
construyeron viviendas solidas y espaciosas para albergar a una población que
crecía constantemente, gracias al aumento en la cantidad de alimentos.
La primera región donde se encontraron indicios de
comunidades con estas características fue la llamada Media Luna Fértil, en el suroeste
de Asia. Esta zona se denomina así porque, si la observamos en un mapa, tiene
forma de luna de cuarto creciente. Ese territorio reunía una serie de
condiciones ambientales propicias para el desarrollo de las primeras
actividades productivas y formas de vida humana: el cultivo y el pastoreo de
ganado, cambios en la organización del trabajo y sedentarización.
Diferentes
desarrollos del Neolítico
El Neolítico no se dio de manera simultánea en todo el
territorio poblado. Al tratarse de un momento de evolución en la vida humana,
tuvo desarrollos diferentes según las condiciones naturales de cada zona geográfica.
Por ejemplo, el paso del paleolítico al neolítico en Europa fue mucho más lento
que en el Cercano Oriente. En el norte del continente europeo, el retiro de las
extensas zonas de bosques donde vivieron grupos de cazadores-recolectores. En
el sur de este continente, la desaparición de los grandes mamíferos de animales
menores, la pesca y la recolección. Estas nuevas condiciones permitieron que el
modo de vida de los cazadores-recolectores se mantuviera durante miles de años.
El
surgimiento de la agricultura
La mayoría de las teorías sostienen que la agricultura se
origino en diferentes lugares del planeta, en distintos momentos del
Paleolítico. Los indicios materiales nos permiten afirmar que América, antes
que el Cercano Oriente y Europa, fue el primer lugar donde se desarrollaron
cultivos de cereales asociados a la cría de animales. No obstante, el
descubrimiento de yacimientos arqueológicos puede modificar las teorías
desarrolladas sobre este periodo.
Se sabe que los primeros cultivos fueron de cereales, ya que
los restos más antiguos encontrados correspondían a trigo y cebada.
A principios del Neolítico se cultivaba en forma muy
diferente a como se hace en la actualidad. Primero, se despojaba una parcela de
tierra de los árboles y las plantas silvestres que hubiera en ella. Luego, se
cultivaba y se cosechaba. Como después de varias siembras la tierra perdía su
fertilidad, se la dejaba descansar y se pasaba a cultivar otro lugar. Cuando sucedía
lo mismo con la segunda parcela, se volvía a la primera, que ya había
recuperado sus nutrientes. A este tipo de agricultura, en la que los grupos se
desplazaban en busca de tierras fértiles, se la denominan itinerante.
A medida que se descubren nuevos yacimientos arqueológicos,
van cambiando los datos sobre la antigüedad de los primeros cultivos. Un
estudio reciente planeta que es posible que la agricultura haya surgido en la
región de Homs, en el Cercano Oriente, hace unos 12.000 años. En esta zona, que
comunicaba el valle del rio Éufrates con los desiertos de Siria, se encontraron
50 yacimientos arqueológicos. En estos sitios se hallaron restos materiales que
revelan cómo fue evolucionando la agricultura. Lo más antiguos son morteros y
palos cavadores correspondientes al momento en que los cazadores-recolectores
comenzaron a alimentarse con cereales y legumbres silvestre.
La
domesticación de animales
Como sucede con el inicio de la agricultura, es muy difícil
determinar el momento exacto en que las comunidades humanas comenzaron a
retener los animales que les proporcionaban alimentos. Los investigadores
consideran que, debido a los cambios climáticos y la caza indiscriminada, la cantidad
de animales disponibles comenzó a disminuir, los cazadores del paleolítico se
dieron cuenta de esta situación. Como temían que la fauna se extinguiera y por
ende, disminuyera su alimento, decidieron regular sus expediciones y comenzaron
a practicar la caza selectiva. Esto significaba que mataban solo a los machos
adultos y conservaban las hembras para garantizar la reproducción de la
especie.
Los primeros animales domesticados fueron las cabras y las
ovejas. La cría de animales produjo modificaciones en la dieta, el vestido y el
trabajo. Los grupos comenzaron a incorporar carne y leche, hilaron la lana de
las ovejas para confeccionar vestimentas más cómodas que las de cuero y usaron
caballos para trasladar objetos pesados.
En aquellos lugares donde la tierra no era fértil, como en
Arabia, la domesticación se combino con el pastoreo. Los grupos se desplazaban
con sus rebaños en busca de pastos tiernos. En otros lugares, donde el suelo
era más productivo, la domesticación se practico junto con la agricultura. Este
fue el caso de la Mesopotamia asiática, Egipto, India, China y parte de Europa.
Coexistencia
de formas de vida: cazadores-recolectores y productores
Así como los cambios en el Neolítico no se dieron al mismo
tiempo en todos lados, tampoco todos los grupos humanos adoptaron la
domesticación de plantas y animales como modo de vida. Algunas comunidades continuaron
siendo cazadoras-recolectoras, y otras se desplazaron por diferentes zonas en
busca de pastos para alimentar a pequeños rebaños. Este sistema se llama
pastoreo trashumante. Todas estas formas de vida continúan coexistiendo.
La nueva
organización del trabajo
La agricultura y el pastoreo eran actividades que no
necesitaban un trabajo constante. En el caso de la agricultura, por
ejemplo, el trabajo más intenso se
realizaba en los momentos de siembra y cosecha. Fuera de esos periodos, solo se
precisaba que una cantidad reducida de personas cuidara los sembrados.
Algo similar sucedía con el pastoreo del ganado, ya que solo
requería soltar a los animales para que pastaran libremente en los campos
cercanos a la aldea y, a la noche, encerrarlos en los corrales. Esto permitió
una división social del trabajo dentro de las comunidades.
La división del trabajo permitió que se desarrollaran nuevas
tareas, además de las actividades de subsistencias, y se logro una
especialización en oficios:
·
Cestería:
fabricaban cestas con fibras vegetales para transportar alimentos.
·
Tejido:
confeccionaban ropa con la lana de los animales domesticados.
·
Fabricación
de utensilios de piedra: la agricultura requirió el perfeccionamiento de
las herramientas. Las primeras hoces para cosechar se realizaron con madera y
cuernos de animales, y las azadas a palos resistentes.
·
Cerámica:
al principio moldeaban recipientes de arcilla para almacenar y conservar
alimentos. Luego, diseñaron otros, como vasos o platos, con otras funciones,
tanto domesticas como decorativas. Primero, los adornaron con figuras geométricas
y, luego, comenzaron a pintarlos con fibras vegetales.
Trabajo practico:
1. Explique
en qué consiste la domesticación de animales y plantas.
2. Elaboren
una red conceptual a partir del “surgimiento de la agricultura”.
3. Expliquen
las diferencias entre caza indiscriminada y caza selectiva.
4. Realiza
un cuadro comparativo entre la forma de trabajo del Paleolítico y del
Neolítico.
5. Enumeren
los oficios que se desarrollaron gracias a la especialización del trabajo.
LA
ALDEA NEOLITICA:
La
agricultura y la ganadería dieron lugar al asentamiento de los seres humanos en
áreas próximas a los campos de cultivos. Al no tener que desplazarse en busca
de alimento, los hombres y mujeres comenzaron a hacerse sedentarios. Así
surgieron las aldeas: pequeños poblados formados por chozas de forma circular o
rectangular hechas de adobe. Se ubicaban en elevaciones del terreno próximas a
ríos y solían rodearse de muros o fosos para protegerse de los animales.
ASENTAMIENTOS Y CONSTRUCCIONES
Las primeras comunidades
sedentarias se establecieron en el Cercano Oriente, en la Mesopotamia Asiática.
Las aldeas estaban compuestas de viviendas sobre bases de piedra. Las paredes
eran de arcilla mezclada con paja. A esta técnica de construcción se la llamaba
tauf. Las casas tenían una amplia
habitación principal dividida con paredes en distintos espacios para dormir. Al
lado de esta habitación se construía otra igualmente dividida en espacios
menores que funcionaban como cuartos de
almacenamientos. Estas viviendas daban al patio abierto donde se realizaban
tareas domesticas, como el tejido y la molienda de trigo, y había corrales para
los animales domésticos, producían lo que necesitaban para subsistir, aunque
también podemos suponer que existía el intercambio
entre comunidades, ya que, en algunas aldeas, se han encontrado objetos
como adornos, sílex y algunos minerales, procedentes de otros lugares, a veces
bastante alejados.
Existían talleres artesanales en dónde se realizaban objetos de piedra
grandes y pesados, como morteros, y utensilios más pequeños elaborados mediante
el pulido de piedras, herramientas de hueso, pinturas con masas de ocre y
materiales para hacer pigmentos de colores.
Cambios en la organización social:
la sociedad de jefaturas
El crecimiento de la población de
las aldeas y la unión de las comunidades dieron origen a las tribus. Este tipo de comunidad no solo estaba unida
por lazos de parentesco, sino
también por necesidades comunes.
Aparecieron jefes que organizaban
los trabajos comunes y podían cumplir funciones rituales; en aldeas más grandes
y complejas, los jefes tenían mayor autoridad y centralizaban la toma de
decisiones. Así se modificaron las sociedades igualitarias, lo cual dio lugar a
relaciones de autoridad. Este tipo
de sociedades son conocidas como jefaturas.